Galápagos 2023: después del periodo complejo de la pandemia

Galápagos vivió momentos duros en la pandemia del COVID-19. Andrés, quien está ligado a la actividad turística, cuenta que desde marzo del 2020 la economía de las islas se estranguló.

Con el cierre de las fronteras, los visitantes se esfumaron. Las islas perdieron ese trajín, con hoteles vacíos y yates sin turistas para llevar a recorridos.

Andrés recuerda que fueron tiempos difíciles para una población de 30.000 habitantes que vive práticamente del turismo. 

La gente vendía objetos, se iba a la pesca o trataba de buscar otro tipo de sustentos para sobrevivir ante la pérdida de ingresos por la falta de visitantes.


El 2020 fue el peor de los años para llegada de turistas. Aunque unos naturistas dicen que fue el año que Galápagos pudo tomar un respiro ante la ausencia de tanta gente.  Solo arribaron 72.619 visitantes al archiélago, es decir, un desplome del 73 % frente al 2019. 

De regreso a las islas este 2023, la situación parece que va rumbo a la recuperación. Andrés me cuenta que hay cifras que van apuntando a una mejoría. Una mejoría que ha ido de a poco, a medida que la vacunación fue aumentando y las cifras del COVID-19 fueron cayendo.

Para el 2021, la llegada de turistas se situó en 136.336, y el 2022 ya se situó en 267.687, una cifra que se acerca a los 271.239 del 2019.  Los extranjeros en este lapso fueron volviendo a las islas a medida que en los países emisores flexibilizaban las salidas. 

Todo apunta a que este 2023, tres años después, se llegará a los niveles prepandemia.  El primer trimestre del 2023 ha sido bueno, una señal de esa recuperación: 78.507 visitantes llegaron, algo que ya supera a igual periodo del 2019.

Esa recuperación se siente en las calles, en las tiendas, restaurantes, en la ocupación de los aviones que  van a las islas. Ya hay más gente llegando, dando un sustento a la economía de las islas. 

Los vuelos que se han movido estos primeros meses a las islas han ido con ocupaciones sobre el 80 %, lo que es bueno para el sector.

Con indicadores bajos de contagios, Ecuador se despojó desde hace varios meses de las mascarillas y medidas restrictivas. En los vuelos a Galápagos ya no se exige uso del tapabocas ni esquema de vacunación como medida para entrar. Esto incluso antes de que la OMS declarara el fin de la emergencia sanitaria por la pandemia.

La gente en las islas está más distendida, relajada. Puerto Ayora, Puerto Baquerizo Moreno, y Puerto Villamil, han vuelto a recuperar su ajetreo. 

En sus calles se ve más extranjeros que en los últimos dos años y medio de pandemia. Los colonos dicen que parece que el extranjero ha vuelto a poner la confianza para viajar a las islas. 

Y es que por el poder adquisitivo de ciertos países emisores, los extranjeros son los que representan mayores niveles de consumo por día. 

En las islas, donde la moneda es el dólar,  hay cierto agradecimiento a los visitantes nacionales, pues una cuota importante sostuvo la economía mientras se recuperaba la llegada de extranjeros.

Con una mayor llegada de turistas a Galápagos, los precios de servicios han ido normalizándose a los niveles de antes de la pandemia. 

Las tarifas de las habitaciones, que en su momento se desplomaron ante la baja llegada de visitantes, se han normalizado. 

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